lunes, 27 de diciembre de 2010
San Juan, amigo joven del Señor
Queridos amigos y hermanos en Jesús Despojado:
¡Feliz Navidad! Jesús, nacido en el portal de Belén de María Santísima, es DIOS-CON-NOSOTROS. Y ese “NOSOTROS” no son otros, sino precisamente NOSOTROS, tú y yo, que contemplamos admirados este misterio y que queremos llenar el corazón de toda la ternura que Dios nos lanza en las escenas navideñas.
Quisiera que en este día tan señalado para nuestra Hermandad, nos detuviéramos a pensar, un instante, en el privilegio que supone la palabra “NOSOTROS”:
Dios se ha hecho hombre por NOSOTROS, tú y yo, y sólo por ti y por mí se ha despojado de su condición divina para convertirse en tan humano como un bebé recién nacido.
Dios ha amanecido sobre el mundo para unir a María Santísima y San José en una familia especial, y fruto de un amor diferente –el amor de Dios y el compromiso con su Reino- nace una nueva vida que dará la Vida al mundo.
Dios se entregará por NOSOTROS sobre la cruz, despojado de su poder de hacer milagros, de su capacidad de transmitir buenas noticias, despojado de sus amigos y de una defensa justa, para darse total y absolutamente a NOSOTROS.
Y allí, junto a la cruz, será San Juan quien descubra el significado del “NOSOTROS” que se inicia en Navidad. Junto a la cruz de Jesús está María, su Madre y nuestra Madre, pero ella ya conoce esta nueva palabra: sabe que está unida a Jesús y a José por lazos totalmente nuevos, inexistentes hasta la primera Navidad. Antes de Belén era imposible que Dios y los hombres se unieran. Ella ya sabe lo que significa ser “familia de Dios” y decir “sí” a la invitación que Dios nos hace de compartir toda la vida a su lado.
Pero San Juan no lo sabía. Se había pasado 3 años al lado de Jesús observando, aprendiendo, y recibiendo mucho cariño y confianza, a pesar de su juventud. Pero en la cruz, junto al corazón abierto de Cristo, descubre el sentido de su camino de fe: los que se unen a Jesús, están unidos entre ellos. Su corazón se abre por fin a la ternura infinita de Dios.
Jesús muere, pero Juan debe unirse a su Madre, a la Iglesia, a los que sufren. Y debe unirse tanto como se ha unido al Señor. Por eso celebramos en Navidad a este Santo, modelo de jóvenes cofrades. Jesús nos une en una única familia, junto a María, tanto en el pesebre como el Calvario. Y esa unión crea un NOSOTROS especial y desconocido hasta entonces: un NOSOTROS que para NOSOTROS se llama Hermandad.
Laureano Del Otero Sevillano CSSR y HJD
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